Tal vez sea lo único de lo que
puedo sentirme agradecida;
es cierto que al menos puedo contarlas
con los dedos de una mano, es
lo que me ayuda y me empuja a seguir
pareciendo un ser humano que todavía
sigue vivo.
Muchas veces somos nosotr@s quienes iluminamos el sendero de otr@s y en otros momentos son ell@s quienes iluminan nuestro camino para poder seguir andando en el. |
Las manos amigas que nunca me han
fallado;
esas manos que tienen dueñas;
esas manos que tienen
voz que me alientan a seguir;
esas manos que mas que empujar
me solucionan los pequeños
problemas cotidianos;
esas manos que nunca pensé
que realmente existían para mi;
son ellas a las que agradezco casi a diario
por estar alli para mi;
puedo gritarles, susurrarles,
enviarles señales de humo o
simplemente callar durante dias
enteros e inmediatamente
buscan por cualquier medio escuchar
mi voz y saber que estoy bien,
saber que están y estarán siempre
que las necesite.
Aunque no les llame a diario y aunque ellas no me llamen dia a dia se con certeza que estarán siempre. |
La vida nació puta y puta será siempre;
un dia ella abrió sus dos manos para mi;
dejo que escogiera todo lo que deseaba,
ya en ese momento debi intuir que
al ser ella tan puta alguna
putada terminaría por hacerme,
no paso mucho tiempo cuando
de repente ambas manos las cerro
para mi por siempre.
Con ambas manos cerradas de repente
no supe que hacer,
quede a oscuras, en un callejón
pestilente donde me rodeaban las
ratas mas feas y hediondas de ese basural.
No tenia idea hacia donde dirigirme,
solo me quedaba un bastón muy viejo pero
robusto de sabiduría ,
robusto de paz,
robusto de bondad,
robusto de bálsamo que me ayudaba
a curar de a poco las viejas y las nuevas heridas;
un bastón que era quien me salvaba cada vez
que estaba a punto de ahogarme en ese
mar tan inmenso;
un bastón a quien llamaba papa.
Siempre era una caja de risas sonoras,
una caja de preguntas y respuestas,
una caja que siempre que podía abrirla
encontraba palabras nuevas llenas
de amor.
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