...esos siempre serán mis rincones viejos...

 

...los de mi pueblo;

los rincones viejos de mi pueblo,

de las calles sin asfaltar

de mi infancia,

de mi niñez.

En esos rincones que asi como

yo los llevo y los llevare

en mi corazòn ellos

también recuerdan a la niña

aquella de trenzas y

con sus pequeños pies descalzos

que corrían desde muy temprano

por la mañana.

En mi olfato guardo aún

el olor de las calles sin asfaltar 

cuando escampa después de una de

las lluvias torrenciales que no olvidaré nunca;

en ese pueblo viejo que guardará por siempre mis rincones de niñez.

Llovía y llovía, truenos, relámpagos,

la lluvia en mi pueblo viejo era de

de "nunca acabar", era fuerte, muy fuerte tanto asi que salía a bañarme en la lluvia, a mi se unían los demás niños que vivían en mi calle, buscábamos los "enormes chorros" que caían de los techos de nuestras casas; así de simple pero feliz era mi niñez; al igual que yo estaban los demás niños; nuestra infancia no estuvo repleta de dinero, ropa de buena marca y mucho menos tuvimos regalos de navidad que habíamos escrito en las "cartas a santa" ( eso depende como le digas tu; papa Noel, santa claus o simplemente santa, el niño Jesús),  alguna sorpresa encontrábamos al dia siguiente por las mañanas pero casi siempre era otra cosa que nunca habíamos pedido en la carta. 🧑🏻‍🎄

Y esas calles que andábamos

entre tierra, plantas enredaderas

y una que otra semilla de sandía

que crecía en las callecitas

por donde mis enanos pies

corrian mas que caminaban;

mis callecitas del ese recuerdo

que perpetuara en mis recuerdos

de infancia como la etapa

más feliz de mi niñez.

Esos recuerdos empiezan con siete u ocho años; la segunda vez que mis padres y yo nos mudamos de casa; creo -si mal no recuerdo- tenía siete años, así es, solo siete.

Calle #23 - de un barrio que despuntaba en mi ciudad, muchas de las calles tenían aún casas en obra negra; pegando ladrillo a ladrillo, calles sin asfalto donde nos podríamos tropezar con pequeñas piedras, grandes piedras y hasta enormes rocas que caian de los camiones que pasaban todos los días llenos de materiales de construcción 

para aquellas  casas que se construía  en la parte de atrás  de donde estaba "nuestra nueva casa" (era de alquiler) pero era una casa muy bonita al menos para los ojos de una niña de trenzas que solo tenía siete años. 

Detrás de casa había un trozo de zona verde sin ningún tipo de limpieza, estaba totalmente al natural, en esa zona se podían encontrar hasta serpientes y con eso ya les digo todo peroooo...

...esa zona que para los adultos

era "peligrosa" para niños de entre siete

y nueve años era un enorme bosque 

donde se podían ir de campamento,

enfrentarse a enormes dragones y

con espadas mágicas

(que realmente eran las ramas que

podían arrancar de los árboles que

se encontraban entre los caminos

de la arbolada descuidada);

además podían llegar a imaginarse

alrededor de una enorme fogata

mientras planeaban sus próximos

enfrentamientos guerreros para

conquistar castillos de otros

pueblos.

Pueden apostar lo que tengan
 que no les fallara su imaginación
pensando que obviamente la caperucita roja
(con siete años) era quien acompañada
de su eterno amigo LUPUS (lobo) iba también
con ella y el resto del enano grupo. 

Y le he llamado "grupo enano"

porque eso éramos; nueve niños

que no pasaban de nueve años

y yo era la única niña,

y no me trataban como la princesa 

noooo

nada de eso 

"yo era la gran jefa";

😂😂😂

en toda la calle solo había una niña

que era yo;

las demás familias tenían niños

y quienes teníamos la misma edad

(mas o menos) éramos

los que formamos ese

"enano grupo".

Entre todos los niños y no les miento

cuando les digo que me cuidaban mucho,

tal vez porque nuestras familias eran

muy pero muy unidas y me veían como una

hermana pequeña.

Habíamos nacido,

estábamos siendo criados,

vivíamos dia a dia en una

ciudad que hace parte del territorio

más peligroso que existía desde los

años 70/80/90 e incluso hasta

los "dosmiles";

un país que acunaba a los

jóvenes que más tarde se convertirían

en los "señores de la coca";

en ese mismo pais era donde mis

amigos enanos y yo nos estábamos

criando sin tener idea de lo

que estaba "alimentándose" en

otras regiones de ese parte

de la nueva América.

Cumpleaños, Fiestas de navidad,

fiestas de año nuevo y algunas más

que se festejaban en esa calle;

mientras nuestros padres hacían un

círculo enorme con sillas y mecedoras

que cada uno sacaba de su casa y en el

centro habia una o dos mesas llenas de

bebidas, hielo, algo de licor, patatas fritas

y mas picoteo

Aquellos rincones de mi infancia

serán siempre los rincones viejos;

aquellos rincones del espeso bosque verde

donde luchábamos con los villanos

serán siempre los recuerdos infantiles

más bellos, transparentes,

llenos de inocencia y con una enorme

imaginación que podía llevar

al pequeño "grupo de espadachines" 

a cualquier sitio del mundo

que sus enanas mentes desearan ir.

Todo lo relatado anteriormente es real; tal cual se los conté, palabra a palabra es cierto; todo eso es parte de mi infancia; recuerdos llenos de felicidad, recuerdos llenos de risas, recuerdos llenos de empatía, recuerdos llenos de camaradería y mucho más.

Los chicos que jugaban conmigo al igual que yo crecieron, fueron a la universidad, algunos regresaron nuevamente a nuestra ciudad y otros se quedaron en otras partes del país; todos se casaron; algunos terminaron divorciándose.

Pregunta que debes estar pensado: ¿hubo un reencuentro? jejejej...

...si, no como tal osea

no en la tipica reunion

de esas que se hacen con nuestros

compis del colegio;

no, nada de eso;

me encontré con los que regresaron

a trabajar y a vivir en la misma ciudad

porque no olviden que nuestros

padres y madres eran muy amig@s,

muchas de las mamis de mis amigos

eran muy pero muy buenas amigas

de mi madre y muchos de los padres

de mis amigos eran amigos muy cercanos

de papa, además que a diferencia

de dos familias las demás todas

seguían viviendo en las mismas

casas de la misma calle.

Unos cuantos años después

mis padres compraron una

casa en ese mismo barrio que

ya estaba terminado,

la calle donde se encontraba 

nuestras nueva casa estaba muy cerca

a esa calle de mi infancia;

la calle donde (aun sigue alli,

desde que mi padre se fue en el

2022 esa casa está vacía) mis

padres se ubicaron definitivamente es

la 22 y la de mis juegos infantiles

es la 23.

Carlos y Alberto

(eran dos hermanos);

Alberto y Carlos

(eran otros dos hermanos) y

estoy de acuerdo contigo

jejej

los padres de esa

epoca tenian esos nombres en el

TOP TEN de nombres

para niños;

despues seguian

Jorge y Camilo

(también eran hermanos)

estos eran los rubios de ojos azules

del grupo;

después estaba Efraín

que tenía una hermana

pero era muy, muy

pequeña y no estaba en nuestro

grupo;

y yo!, la caperucita roja

del grupo.

Justamente es esa la pequeña caperuza
roja que se adentraba en los caminos
llenos de piedras y vegetación peligrosa;
pero ella nunca le tuvo miedo al lobo,
el malo nunca ha sido el,
es la sociedad quien se ha encargado de
gritar a los cuatro vientos que ese
pobre animal es el malo.

Podría seguir contando muchos momentos más de esa época que la llevo en mi corazón y de vez en cuando me gusta recordarla y justo en estos días volvieron estas escenas de "espadachines y caperucita" jejej y la quise compartir con ustedes.

Hasta aquí llegamos por hoy Mi Gentecilla Bella y Hermosota de alma y corazón; gracias por entrar en este singular y especial Blog que como ya sabéis es solo para personas como tu o como yo.

Abrazotes,

...gatukacp...

🐾🐾🐾